martes, 22 de marzo de 2011

Tostada de margarina y pavo y fanta de limón

Cuando Salvador Galán Moreu me instó a la creación de este blog hasta que tuviera una mínima repercusión, condición ya cumplida con un enlace en un blog poético como ya señalé, ignoraba sus planes, sus motivos e intereses en que yo me esforzara en mantener esto. A partir de aquel momento, si he seguido escribiendo, poco pero sin dejarlo del todo, ha sido debido a que supe de sus planes, planes que ahora pueden ser desvelados: había escrito una novela sobre mí.
Sí, soy un personaje literario y aún no sé si es a mi pesar.
Probablemente sí.
El hecho es que ese libro se publicará, ironías de la vida será gracias a un premio.
Yo, que jamás gané nada, que ni siquiera lo intenté.
Me da pereza y miedo dejar el enlace a tal reconocimiento. Nadie me lee, pero si alguien quisiera saber la movida que busque en Google.
En el libro se habla sobre un libro que siempre quise escribir y nunca pude, de hecho se cita varias veces según me ha comentado el autor.
El autor, jajá, me muero de risa. Ha tenido que llegar alguien a escribir un libro sobre mi libro por mí. Ahora bien, yo nunca lo hubiera titulado de esa forma.
Las cocinas miserables. Ahora lo comprendo todo.
Su título me parece mejor nombre de blog que de obra literaria.
No os parece.

Este blog, con sus posts más allá del "hoy no", continuará hasta que dicha obra salga.
No estoy dispuesto a estirarlo más, lo dejaré solo en las fantásticas fotos de mi cocina.




Hoy no.

martes, 8 de marzo de 2011

Pechuga de pavo con cebolla y tomate picado

Seguimos a la espera de que Salvador Galán explique qué pasa con este blog y con el que prometió hacerse él, pero nada. Debe estar ocupado. Escribiendo seguro. 

Por otro lado, una imagen, que otra cosa si no, me ha obligado a caer en el pasadizo sin salida de la mitología griega. Más en concreto el pasaje en que Edipo se arranca los ojos tras ver suicidada a su madre-esposa.  Sobre este argumento se funda la narrativa occidental. 
Resumiendo obscenamente y obviando el oráculo de Delfos y Esfinge: Edipo había asesinado sin saberlo a su padre y había usurpado un trono, el de Tebas, que le hubiera pertenecido legítimamente. 
Pero como siempre hay más todavía. 
Edipo había tomado por esposa a su madre, Yocasta. Cuando ella se entera se quita la vida. ¿Qué hacer si no? 
¿Por qué Edipo se arranca los ojos con el broche de su esposa-madre? La respuesta es simple y por eso merece detenerse en ella: para ver. El personaje que le revela este secreto es otro ciego, Tiresias, el único habitante de Tebas que ha visto durante todo el reinado de Edipo. El único que ha tenido una percepción clara de lo que acontecía. El que sabía la verdad: Edipo es impostor y asesino, pero es a la vez víctima y rey verdadero. Edipo comprende que sólo quien no puede ver es capaz de ver eso. Verlo así, tal y como es. Si tus ojos se nublan de tu propia sangre, ésta te prevendrá de la hayas derramado en tu nombre. Este el final de la primera tragedia sobre el personaje que escribiera Sofoclés ("Edipo rey"). 
Edipo puede ver. 
Las imágenes, el artificio, no podrá mentirle más y así vaga por Colono en su destierro voluntario (él mismo le pide la expulsión a Creonte, quien carga con el trono) pero impuesto, junto a su hija Antígona, que es también su hermana ya que es hija de su madre. 
Ya no tiene problemas con esas dualidades problemáticas porque no existen para él. Está libre de esas disyuntivas mentirosas y no le afectan.
Su exilio es sólo su exilio y Antígona es sólo Antígona (en la tercera tragedia llamada "Antígona" nos damos cuenta que ser "sólo" Antígona ya es bastante de hecho).  

En La desazón suprema Fernando Vallejo afirma que el cine está por debajo de la literatura precisamente por esa querencia de lo visual, por depender de la mentira de las imágenes y no sólo de las palabras. Por otro lado y siguiendo esta línea de pensamiento, sitúa en el trono absoluto (ojalá no de Tebas) a la música como la más verdadera de las artes.

La imagen que ha borbotoneado en mí todo esto (pone borbotoneado sí, es un verbo inventado o neologismo perfectamente comprensible en el contexto que nos ocupa, no me jodáis, aunque, qué coño: si nadie me lee) es de esa obra maestra absoluta llamada El arte de volar (guión de Antonio Altarriba- dibujos de Kim):



La historia narra la peripecia vital del padre de Altarriba, también llamado como él, Antonio, republicano y anarquista exiliado en Francia, integrante de la resistencia y ciudadano silencioso y bajo sospecha en la España gris de entonces. Este CÓMIC con mayúsculas, premio Cálamo 2009 y Nacional de Cómic 2010, retoma y pervierte todo el planteamiento edípico antes desarrollado y lo hace desde un arte también deudor de la imagen y algo maltratado. El águila imperial saca los ojos al azaroso protagonista cuando éste, recién regresado de Francia, comprende que su país ya no es el mismo y que él tampoco lo podrá ser si quiere sobrevivir en él.  
La última viñeta muestra la sonrisa más triste a la que me he enfrentado nunca.
Y no creo que nadie fuera capaz de escribirla mejor que está dibujada.
Lo que dice es: "qué bien, por fin no veo nada."
Pero sí que ve.
Lo que no me atrevo a revelar es si Edipo sonrió.



Hoy no.

lunes, 28 de febrero de 2011

Garbanzos de lata con atún y queso de untar Philadelphia light

En los primeros noventa yo hacía graffitis. Me levantaba los sábados a las cuatro de la mañana y tras esquivar a juerguistas, prostitutas y demás fauna nocturna, pintaba en los muros o en los carteles de tráfico o incluso en algún tren. Casi siempre iba solo pero a veces no. Mejor dicho, al principio iba acompañado, poco después evité a mis compis.  O mejor dicho: ellos me evitaban a mí. Los motivos de esta soledad tenían su origen en las firmas. El rollo old-school. Para explicarme el hecho de que, al menos en mi ciudad, el graffiti se vinculaba a la órbita del hip-hop. Creo que aún sigue así.  


Creo que en la calle se pueden hacer cosas mejores que esto. Firmas que sólo entiendes tú y tus colegas y que en la mayoría de casos afean el ambiente. Y ya hay fealdad a tope en las ciudades como para potenciarla encima o como para joder la poca belleza que albergan, esto es, simple y llanamente, firmar en una zona monumental o verde. 


No voy a citar grafiteros que me gusten, algunos nacionales o afincados por aquí que además contradicen y superan mi torpe generalización, tampoco voy a regodearme con el complejo patrio del atraso respecto a otros lugares, ni a compararme con las situaciones superiores que se tienen en los mismos, solo señalo que se lleva mucho tiempo haciendo lo mismo en este entorno, digamos artístico, y que ya es hora de currárselo más.


Mejor que estropear, crear o revindicar; mejor que una iglesia románica, un muro semi-derruido.

Otro día tal vez ponga algo mío, de cuando firmaba como UNNO  y me llamaban el salvaje, de cuando aún tenía sentido levantarse de madrugada y pasar frío.



Hoy no.

martes, 15 de febrero de 2011

Sopa de sobre aderezada con zanahoria hervida, trozos de queso light y huevo

La ausencia de la plancha no puede ser sustituida por la presencia de otro objeto, aunque sea un horno. La plancha no está (se encuentra dentro de una bolsa de plástico en el armario de los abrigos) y no hay nada que hacer. El espacio ha sido cubierto pero da igual: la plancha ya no resta donde debería.

Tal vez la arregle. Algo me impide tirarla a la basura.




Hoy no.

viernes, 28 de enero de 2011

Congelado de gulas con huevo

Este es el manifiesto:




HAY QUE SABER SITUAR MONGOLIA EN LOS MAPAS,


Hay que cubrirse de la lluvia gris y del sol enfermo de verano,
hay que avergonzarse del  vello púbico pegado a la cama y del sudor
que envejece más de un día, hay que escapar de las fotos inapropiadas;

hay que alejarse de las obras de teatro sin argumento,
de los amantes que dejan marcas y de la carpintería;

hay que procurar no acercarse demasiado
a la herrumbre y a la mierda, a los trenes eléctricos,
a las vallas astilladas, a los tatuajes oscuros y a las siestas redentoras;

nadie debería aproximarse a los insectos que vuelan torpemente,
ni a las casas en ruinas, ni a los ríos en diciembre, ni a los caminos
que parecen cicatrices en la tierra, ni a las fiestas gitanas. 

Hay que olvidar a Cleopatra, a Helena de Troya y a Lucrecia Borgia,
hay que superar la desgana innata y también la fe en los gladiadores.
Nadie puede enamorarse de Marlon Brando.
No se roba en los supermercados.

Hay que ignorar las leyes de las tabernas, romper la omertá,
evitar la delgadez pálida tanto como los vestigios
de fortaleza, y no enrolarse en buques
mercantes ni en carromatos
de feria.

Hay que huir de Jamaica e Islandia y de las guitarras flamencas;
nunca hay que vivir dentro de las canciones o dormir en parques
y ni si os ocurra soñar con ser rock star. No os bebáis el perfume
aunque huela bien y por nada en el mundo os provoquéis un vómito
aún cuando hayáis tragado alimentos podridos.


Nadie puede bailar como una rata en una terraza amaneciendo.
Hay que alejarse de la poesía, de las nubes y de las estrellas ninja.
No saquéis los brazos por la ventanilla del coche y no seáis payasos.

No saltéis desde el tercer piso de un chalet en obras,
ni escaléis montañas desprotegidos, ni acompañéis
a viejas ninfómanas por dinero. No fabriquéis
bombas con salfumán y papel de plata; no se
puede retar a un grupo de skins, ni
aficionarse al cine gore.
 
Hay cosas con las que no se juega u os darán una paliza.
Nada más, ¡ah! No folléis jamás en la calle.

Que seáis felices y que comáis perdices.



Fue publicado en el fanzine El Elefante Rosa en 2005, en el blog poético eslaboladecristal.blogspot.com en 2007, enmarcando a Salva dentro de la categoría de poetas jóvenes (este no lo enlazo porque para visitarlo hay que estar invitado y yo no lo estoy) y finalmente a finales de 2010 en The Gentleman Soldier como ya he contado. Además ha sido leído en una fiesta que La Bella Varsobia organizó en 2009 en la sala Pic-Nic de Madrid.

Toda una historia este manifiesto, si te gusta y deseas llevarlo a cabo (porque es una obra de acción y no de reflexión), las instrucciones de uso están someramente explicadas en el post anterior. 

Don´t be lazy!

Si eso otro día las pongo de una forma más extendida.




Hoy no.

jueves, 20 de enero de 2011

Calabacín en rodajas a la parrilla (con cebolla ídem)

RUMPELSTILSTKIN esa es la publicación en la que ha salido el manifiesto Hay que saber situar Mongolia en los mapas, escrito aunque él se empeñe en negarlo más por Salvador Galán Moreu que por mí en el año 2000, en los descansos a mediodía de una obra solidaria en Gualchos o Los Gualchos, ya no me acuerdo cómo se llamaba el pueblo. Construíamos una granja escuela para una especie de ONG de integración para el barrio gitano de Almanjáyar de Granada y teníamos algunos gitanos jóvenes a los que adiestrábamos en la noble tarea de la albañilería.

Creo que las instrucciones de uso del manifiesto vienen detalladas en la revista, digo creo porque aún no me ha llegado, pero el rollo es que las personas que lo lean, escriban en un muro el verso que más les haya gustado. No jodiendo iglesias, ni monumentos, sino en muros derruidos y sucios, en sitios anodinos y pisoteados. Por donde pasa la gente, vamos.

Este blog surgió a petición de este pseudo-escritor quien me propuso hacer algo con la serie de fotos de mi cocina en la que trabajo desde hace un tiempo. Fotos de mierda, nada de artista, cámara digital y ángulos distintos cada vez, miseria aleatoria. Yo quise colgar solo esta obra, pero él me insistió a que me esforzara en escribir (dijo pensar, creo), que volcara mi sabiduría (jajá), al menos algún despojo de ella, añadió. Yo le dije que lo haría hasta que me enlazaran.
Y ya lo han hecho:
                             AQUÍ




Tengo que decir que no somos amigos, que tan sólo colaboramos en aquel manifiesto absurdo y que no sé porqué le intereso tanto o qué se propuso en realidad con esto, pero ya se acaba. Maquearé el blog un poco pero daré voz exclusiva a mi obra, la serie que en un principio se iba a llamar Soul Kitchen y que ahora se llama Las cocinas miserables, y opinaré por los blogs que miro con mi nombre y apellidos y este soporte a mis espaldas.

Ahora le toca a él hacerse un blog, ese era el trato. En él supongo que explicará sus motivos y sus devaneos de escritor más o menos inédito y totalmente desconocido.

Yo seguiré construyendo mi Golem.
Dejo a deber la historia de Ku Thai, eso sí.
Pero cumpliré con mi deuda.



Hoy no.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Huevo pasado por agua con taquitos de jamón, pavo y nueces.

       Cuando la princesa Ku Thai cumplió trece años se dio cuenta de que su rostro iba cambiando. Sus pómulos se afilaban y su boca engrosaba de labios y éstos tornábanse rojizos. Acostumbrada a ser admirada por su belleza y candidez, Ku Thai temió los comentarios y burlas de la corte. Se hizo tejer una docena de velos que le permitieran ver a través mientras ocultaban su rostro. Tan sólo a la hora de acostarse tenía a bien descubrirse, sólo cuando sus damas de compañía habían salido de su dormitorio. Éstas cuchicheaban maliciosamente entre ellas. Su padre el rey viudo Si Chai, intentó hablarle pero no supo cómo hacerlo y volvió a sus cosas de gobierno. Así pasó un año. Cuando Ku Thai cumplió los catorce años se dio cuenta de que sus pechos iban abultando cada vez más y sus pezones se habían vuelto del tono de la tierra húmeda. Además sus caderas habían ensanchado y marcaban una fina curva que las separaban de la cintura. Entonces mandó hacerse otra docena de mantos de corte recto que disimularan aquellas nuevas formas que ella juzgaba tan monstruosas. también prohibió los espejos en sus estancias. Como vio que los cuchicheos entre sus damas aumentaron, decidió liberarlas. Éstas una vez volvieron al seno de sus familias, extendieron el rumor de que la princesa, antaño bella y graciosa, padecía un mal que la había vuelto fea, deforme y taciturna. Alguna aseguraba haberla visto y se jactó de su desgracia. Ku Thai se encerró definitivamente en sus estancias e hizo saber a su padre que jamás se la volvería a ver. Si Chai consciente de la imposibilidad de entendimiento entre él y su única heredera y desesperado ante la idea de no poder asegurar su dinastía, mandó a la más inteligente de sus concubinas, que atendía al nombre de Yin y tenía gran poder de persuasión. Yin pidió el mejor traje de la que había sido reina y madre de la princesa, además de su perfume secreto, luego con aquel atavío fue a entrevistarse. Ku Thai la dejó pasar ante sus amables palabras y su delicada voz. Dentro reinaba la oscuridad, pero aún así, la princesa se hallaba tras una celosía vestida sus anchos ropajes. A Yin le pareció un cojín de sombras. Cuando la princesa acabó el relato de los hechos Yin comprendió todo y vio su oportunidad.
            -Mi señora, entiendo como mujer que también soy, la desgracia que sufrís-dijo lisonjeramente-, pero no olvidemos en vuestro caso sois además princesa y que vuestras decisiones pueden volverse en contra del reino.
            -Sé que debo pensar en el reino que mi padre administra-se lamentó Ku Thai-, pero qué hacer.
-Si tuviera a su madre al lado- suspiró Yin en la oscuridad-… pero hay que aceptar los designios que los dioses nos ponen, no obstante mi señora-su tono se hizo más amable-, ya que ellos mismos en su inagotable sabiduría me han enviado aquí, bien puedo hacer de madre o de consejera, aunque si así lo queréis-tomó aire dramáticamente-, es preciso que conozca su mal.   
Ku Thai lloró con toda su inocencia mientras Yin descorría las cortinas. La luz penetró en la estancia. La princesa comenzó a quitarse su aparatoso atuendo hasta quedar desnuda. Yin tuvo que emplear todas sus dotes para no revelar la admiración que aquella figura le causaba. En efecto la princesa no era la adorable niña que solía, en su lugar se encontraba ahora la más bella, pero también la más secreta, de las mujeres. Todavía sigue siendo una niña en su interior, pensó complacida Yin, mi suerte depende de que continúe creyéndolo.
-Nadie puede ver esto, mi señora-dijo Yin cubriéndose el rostro con su abanico-, volveré a correr las cortinas, pero antes dejaré algo de luz para poder escribir la petición que le haremos al rey, dadme pluma, tinta y papel.
Poco tiempo después la princesa firmaba entre sollozos el documento que Yin había redactado. En él Ku Thai pedía que se le sacara en secreto de la corte y se le instalara en la torre del bosque para que viviera oculta y olvidada.
Cuando Yin le entregó la misiva a Si Chai, éste la leyó en silencio. Abrumado, la arrojó al suelo y recitó el siguiente párrafo: “Sin posibilidad de que mi deformidad ofenda la dignidad de nuestra familia y la memoria de tu esposa y mi madre difunta.” 
Las lágrimas asolaban los ojos del monarca. Yin le tomó la mano.
-¿Cómo renunciar a mi heredera?-exclamó-¿Qué será de la dinastía?
-Mi rey no te apenes-susurró Yin-, sustituirás a Ku Thai por mi hermana menor, a quien nadie conoce en la corte y que es linda y virtuosa, y además es de edad similar. Contrataremos a las mismas damas y les diremos que la princesa tuvo un arduo cambio de niña mujer.
-¿Cómo la oruga se transforma en mariposa?
-Exacto, mi rey, eso diremos, y nadie lo pondrá en duda, os lo garantizo. Y aún tendré tiempo yo de daros un heredero legítimo, uno varón que garanticé la dinastía.
Así lo decidieron y Ku Thai fue trasladada a la Torre del Bosque.
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 La leyenda continuará en el siguiente post.

   
Hoy no.